CROACIA, EUROPA

Dubrovnik (primer día)

Llegamos al aeropuerto y nos estaba esperando el transfer del apartamento, un chico con un cartel con mi nombre y un Mercedes que a estas les fascinó, con  asiento-masaje incluido.

El trayecto hasta el Apartamento Nico no fue muy largo, cosa que nos sorprendió por el precio que le pagamos, 35 €, pero bueno, fue rápido y cómodo ya que te deja en la puerta.
Allí estaba esperándonos la señora de la casa, un encanto. Nos enseñó el apartamento y nos explicó con mapas que visitar.
 

Vistas desde el apartamento Nico

El apartamento muy completo, limpio , con todo detalle incluido hasta aceite para cocinar, estropajo, detergente, café, secador,… y con una gran terraza con vistas al mar. Totalmente recomendable y por 330 € tres noches. Lo que exponen en booking es todo cierto.
Eran ya las 19.30 y fuimos a dar una vuelta.
Hay que bajar escaleras durante 10 minutos por calles estrechas. A priori puede parecer un calvario, pero tiene su encanto… la subida ya es otra cosa.
La accesibilidad en esta ciudad brilla por su ausencia.
Una vez abajo buscamos para cambiar euros a kunas y enseguida vimos un cartel de excursión a Mostar. Lo que tenía visto por internet costaba entre 58€ y 65 € con guía en español. El chico que hablaba español gracias a las telenovelas , nos empezó a contar el royo y ofrecía lo mismo, pero 2 horas menos por 36€ lo que hizo que nos decantáramos por esta  agencia LAUS TRAVEL. Pagamos con tarjeta y finalmente nos cobro 38€ por persona pero nos pareció bien, así no perdíamos más tiempo. Quedamos en que el martes 16 de agosto, a las 8.00 nos recogía en la parada de bus cercaba a nuestra casa, subiendo unos 40 escalones. Parada magistrala 1 en la carretera que lleva a Split.
Ya con esto y algo de dinero cambiado, nos dirigimos a la Puerta Pile de la muralla. Era ya el atardecer y la vista era preciosa.

Coincide que estos días hay un festival medieval y está toda la ciudad vieja ambientada.

Nos adentramos y, enseguida unas españolas nos dijeron que, si queríamos cenar, el bar que estábamos mirando era el más económico, que, hacía dentro se iban incrementando los precios.
Seguimos paseando ya anocheciendo y la verdad que es precioso, muy limpio y se mantiene en perfectas condiciones.

 

Ya en el puerto nos hicimos unas fotos y retornamos al restaurante que nos indicaron las chicas españolas, el Konoba Longo, en una de las primeras calles estrechas a la derecha de la calle principal al entrar a la muralla.
Pedimos dos arroces y una ensalada de pulpo para mí, para no arriesgar con el gluten.
Dos jarras de cerveza y un agua, todo 350 kunas, casi 50€, caro para mi gusto y raciones pequeñas, pero es nuestro primer día en Dubrovnik y la comida estaba rica y con música en directo de fondo.
Para volver a casa, podíamos coger el bus 3 y evitar las escaleras o lanzarnos para arriba. Cogimos la opción dos, ya que no sabíamos aún cuál era la parada.
La subida hace que te tiemblen las piernas, pero se puede llevar y como recomendación (nosotras no lo hicimos), estirar al llegar a casa, al día siguiente teníamos un poco de agujetas.

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