CROACIA, EUROPA

Dubrovnik (segundo día)

Nos levantamos sobre las 8.30 para aprovechar el día. Aún tenemos bocadillo de casa así que nos hacemos un té que nos ha dejado la señora de la casa, ducha y salimos hacia la Ciudad vieja, no sin antes parar a echar un café expreso por 26 kunas los tres.

Ya en la Plaza Brsalije, donde coges los buses, cambiamos euros a kunas a 7,20 (se quedan algo de comisión) y ya entramos por la Puerta Pile de estilo renacentista y construida en 1536 atravesando el puente levadizo para comenzar la ruta. Sobre la puerta está  la estatua de San Blas, protector de la ciudad.
En esta misma plaza está la oficina de turismo donde puedes comprar una tarjeta  que te incluye visita a la muralla y a dos monumentos más por 170 kunas, pero nosotras la cogimos dentro de la muralla al entrar a la derecha por 120 kunas, casi 17 €. Los niños son 30 kunas. Te permiten pagar con tarjeta de crédito.
Recomiendo subir con agua y un pañuelo o sombrero porque el calor en esta ciudad es impresionante. Subimos sobre las 11.15 y conforme andábamos subían los grados, llegando a alcanzar los 38 grados.
Las vistas merecen muchísimo la pena y lo digo yo que tengo vértigo. Al comprar la entrada no pensé que me pudiera dar cosa y una vez arriba Silvia y Maruxi me animaron a continuar. Los primeros pasos fueron más inestables pero fui perdiendo el miedo y resultó ser una gran prueba y sobre todo una experiencia gratificante. Las chicas encantadas con las vistas, ves la ciudad desde otra perspectiva.

Estas murallas se levantaron entre los siglos XIII y XVI. Ante la amenaza turca, se reforzaron las murallas para que todo el casco antiguo quedara reforzado por una barrera de  2 km de longitud, un grosor de 1,5 m a 6 m en la parte inferior y llegando a los 25 m de altura.

Acabas el recorrido en donde lo empiezas y allí está la Fuente de Onofrio en la plaza Poljana Paska Milicevica, tiene distintos chorros, el agua es potable y fresca y puedes rellenar tus botellas, así que aprovechar que por ahí el botellín pequeño lo cobran a casi 4 €. Tiene estructura poligonal y se compone de dieciséis bocas.

Nunca olvidamos la pañoleta verde de la fiestas de San Lorenzo, en nuestra ciudad, Huesca
Callejeando por dentro de la muralla nos paramos en el Kase Caffe Bar, en una calle estrecha a tomar una coca cola y cerveza fresca que ya era la una del medio día. 80 kunas, unos 12 €, caro pero aquí dentro es lo que hay.
Si te lees un poco la historia, puedes ver detalles en sus callejuelas que te hacen la visita más interesante.
Buscamos opciones para comer y la posibilidad de encontrar a priori sin gluten es complicada. Al final comimos en un fast food de kebab, el Tutto Bene , dos kebab y  la carne con ensalada para mi,  muy bien y por 150 kunas en total con bebida.
De aquí, café al The Gaffe pub, un  bar irlandes donde aprovechamos a usar el wifi, tomar un café buenísimo a 13 kunas cada uno y ver a dónde íbamos por la tarde. Muy buen ambiente y servicio.
Dimos un paseo por el puerto bordeando la muralla y llegas a una zona donde la gente se baña con un pequeño chiringuito con refrescos. Para darte un baño, si no eres muy mirado puede estar bien, pero el perfil es de gente joven.
Nos quedaba por ver el Fuerte Lovrenac al que se accede por una calle estrecha desde la plaza Nlicatiha, la principal donde está turismo y donde se cogen los buses.
 El fuerte impresiona y desde el ves la muralla desde otra perspectiva y unas vistas del mar preciosas. La entrada es gratuita y para personas con vértigo, quizás el final un poco peor pero hasta arriba se puede llegar perfectamente.
 
 Por esta zona es donde se hacen actividades acuáticas, sobre todo, kayak. La zona para verla y practicar algún deporte está chula.
Aquí hicimos una parada, que el calor y las escaleras de Dubrovnik agotan.

A media tarde, decidimos ir a la zona de playa que nos había explicado la señora del apartamento. Nos cogimos un ticket de bus que cuesta 30 kunas y vale para todo un día. Sale a cuenta, porque el ticket de un viaje cuesta 12 kunas.
Cogimos el bus 6, y paramos en la zona de Lapad, a la altura del Hotel Zagreb que es donde empieza el paseo hacia la playa, no sin algún percance ya que Maruxi se bajó en la parada casi correcta y a nosotras nos cerraron la puerta sin poder bajar. Menos mal que una vez fuera, era bajada.
La playa está rodeada de verdes montañas y, sí comparamos con las de otros lugares en los que hemos estado no la pongo entre mis favoritas, pero un buen baño te puedes dar y hay trozo para tumbarte al sol.
Como se ve en la foto, es diferente a lo que estamos acostumbrados.
Aquí vimos ponerse el sol y nos tomamos un Mojito de mango por 99 kunas en total en el Puls. Es una zona de terrazas al aire libre.
De aquí cogimos bus hacia el centro, compramos en supermercado para cenar y tras una rato en el bus, llegamos al apartamento. Subir las escaleras es más duro, pero la verdad que ahorras tiempo.

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