EUROPA, ITALIA, Sin gluten

NAPOLÉS con Pompeya y Costa Amalfitana en 5 días

Nápoles es la tercera ciudad más grande de Italia con un millón de habitantes. Es una ciudad de callejuelas y rincones con ese encanto que da la decadencia. Como se dice con otras ciudades o países, o te encanta o la odias. A nosotros nos encantó, tiene un ambiente muy guay y la gente muy amable.

Como ir del aeropuerto al centro de Nápoles

La opción más barata es el bus. La compañía se llama ALIBUS. Este autobús cuesta 5 € realiza tres paradas, una en la estación central (Stazione Centrale – Piazza Garibaldi) y las otras dos en la zona del puerto (Immacolatella / Porta di Massa en Molo Angioino / Beverello – Stazione Marittima).

Dependiendo del número de personas que seáis, te puede salir a cuenta el taxi. Nosotros llegamos en un vuelo desde Barcelona y a la salida del aeropuerto negociamos dos taxis. Pagamos 25 € por taxi (pedían 30 €). Ofrecí 20 € pero no coló. Esta muy cerca del centro el aeropuerto. Nos dejó su tarjeta, así que para la vuelta les escribimos para que nos llevarán al aeropuerto.

Dónde dormir en Nápoles

Nuestros apartamentos estaban en Vico Sedil Capuano 21, 80100, Nápoles, Queen Carolina’s Homes – Apartments in Old Town Teníamos todo cerca andando y cero ruidos.

Nuestros 5 días por Nápoles y alrededores

El primer día llegamos a medio día a Nápoles.

Dejamos maletas y fuimos a comer a la pizzería Vesi. Hay varias en Nápoles y está muy buena. Tiene también sin gluten muy rica. Aquí también puedes encontrar la famosa pizza frita.

Pizzas sin gluten

Pizza frita

La tarde ya pasear a recorrer la ciudad sin prisa. Llegamos hasta el puerto por el Castillo del Ovi para ver el atardecer con el Vesubio de fondo. Las vistas son muy bonitas.

Para tomar un Aperitivo fuimos al callejón donde está la estatua de Puicinela y nos sentamos en el Bar Mazz, un rincón muy auténtico. La consumición cuesta 5 € y te sacan de picar. Aquí tomamos el famoso aperol spritz, que en los siguientes días también fue una de nuestras bebidas favoritas.

Puicinela y Sofia Loren

A pocos metros está la pizzería Portico que tenía el cartel de gluten free.

El segundo día, a las 10:30 teníamos el FREE TOUR por Nápoles.

Lo contratamos a través de Civitatis. Estuvo muy chulo, pudimos conocer los monumentos e historia de Nápoles con un guía muy divertido.

Fuimos descubriendo sus calles, plazas y monumentos más destacados como la Piazza Dante, la Catedral, la Piazza del Gesú, la Piazza de Santo Domingo Mayor, la Basilica de San Giuseppe, entramos a la Capilla de San Severo, La Basílica de Santa Clara y la Via San Gregorio Armeno, donde se encuentran las tiendas que venden figuritas del Belén inspiradas en personajes célebres del mundo, durante todo el año. Otra de las calles que recorres es Spaccanapoli que divide el centro histórico de la ciudad en norte y sur.

Como curiosidad, si quieres probarla, nos dijo la pizzería más antigua de Nápoles, Antica Pizzería Port´alba.

Para comer hoy nos dividimos, unos en Tratoria Nanni (en una bocacalle de Vía Toledo) otros (los celiacos) nos fuimos al restaurante Monsù, una pasta buenísima sin gluten y una calle muy napolitana (tb hay para vegetarianos). Los platos de pasta a 10 € cada uno.

Para el postre fuimos al típico Gran Caffe Gambrinos, más caro pero famoso por su Sfogliatelle y te puedes hacer una idea de la Nápoles del siglo XIX. Aquí sin gluten, las bebidas.

Junto a este emblemático café esta la Plaza del Plebiscito, Las Galerías Umberto I y el Barrio Español.

Recorrer el barrio español es visita obligada. Fuimos callejeando hasta llegar al famoso mural de Maradona. Ir de día y sin problema. La adoración que hay en Nápoles hacia Maradona es inmensa.

Por aquí esta la estación de metro Toledo que es curiosa de ver por su techo que representa un crater en tonos azules.

Aprovechamos y cogimos el metro hasta Garibaldi para coger los ticket de tren para Pompeya al día siguiente.
En la estación Central (Garibaldi) es ir a donde pone Circunvesuviana. Cuesta 2,80 € y van sin hora.

Hoy cenamos también en la pizzería Vesi, pero en otra que tiene en Piazza Luigi Miraglia, en via Tribunale.

El tercer día tocaba conocer POMPEYA.


Nosotros fuimos a la estación a las 7:50 a.m. y cogimos tren hacia Pompeya de las 8:02 a.m. El parque arqueológico de Pompeya abre de 9:00 a 19:00 horas, así que tomamos un café antes de entrar.

Las entradas las compramos previamente online por16 €, este año (2023) veo que ya cuestan 19 €. No creo que haya problema de comprarla directamente en Pompeya, no había tanta cola si vas pronto. Cogimos audio guía allí en “ Porta Marina”, te deja allí el tren por 8 € cada una y va en modo altavoz, así que si vas un grupo de amigos y queréis escuchar todos del mismo, con una sería suficiente..

Con un mapa que te dan te puedes ir organizando para recorrerlo. Es más grande de lo que parece e, importante llevar agua y crema de sol. Hay alguna zona con fuentes pero el calor es muy intenso en verano. Mis amigas iban con paraguas para llevarlo mejor.

Para volver cogimos allí el ticket sobre las 13:30 aunque el tren se retrasó casi 1 hora. Dicen que es normal.

En la entrada/salida puedes comer algo pero son chiringuitos muy básicos. Nosotros esperamos a llegar a Nápoles.

Comimos cerca de la estación y antes de ir al apartamento a descansar un poco paramos en un supermercado que tenía bastantes cosas sin gluten.

La tarde noche estuvimos callejeando por el centro de Nápoles, tener el apartamento en el centro es comodísimo. Para cenar fuimos a la pizzería Il Miracolo. Tiene pizzas desde 6 € y todas con versión sin gluten.

El cuarto día nos fuimos de excursión a la costa Amalfitana en barco.

Lo cogimos con Get your guide.
Casi 2 horas en barco y visitas Amalfi y Positano. Si pagas un plus, te llevan a Ravelo también pero preferimos estar más tranquilos conociendo estos dos pueblitos. Si lo haces en furgoneta, también te paran en Sorrento. Una amiga no tuvo hueco en el barco y fue con el minibus.

En Amalfi comimos en el restaurante La Perla, que contaba con opciones sin gluten y tenían pan y cerveza también. También vimos la heladería Al Corso con helado sin gluten. Tanto las tiendas como los restaurantes son bastante caros. Como destino de playa yo no lo recomendaría, playas pequeñas y privadas en su mayoría. Y la excursión de un día pues nos resultó pesada la vuelta en barco.

A la vuelta fuimos al centro y a tomar algo a Shanti Art Music Bar, en una bocacalle de Vía Benedetto Croce. La decoración, los cócteles y el ambiente muy recomendables.

El quinto día lo dejamos para acabar de ver Nápoles.

Desayunamos en Leopoldo Café Bar, tiene todos los dulces típicos y también tiene su versión sin gluten.

Importante: no deja pagar con tarjeta.

Luego fuimos a hacer la visita de la Nápoles Subterránea. La entrada nos costó 10 €. Se entra por Piazza San Gaetano. En español hay pocas opciones pero preguntar en la taquilla. Por horario la hicimos en italiano.

Importante: se paga en efectivo.

Aprovechamos también a comprar regalos por los chiringuitos de la calle de los belenes y alrededores. Lo más típico es el cuerno napolitano, en múltiples formatos.

Para comer entramos en I Gerolomini en Via del Tribunal, precio algo más alto y no hay pizza. Es más pasta, risotto, ñoquis y con opciones sin gluten también. El bar es muy chulo y con aire acondicionado que nos hacía bastante falta.

Por la tarde fuimos a la famosa pizzería Da Michelle, recomendada en muchos blogs. Cuesta 5 € la pizza. Yo no comí porque no hay sin gluten pero dijeron que muy rica y la calle está llena de gente con sus cajas de pizza.

Da Michele


De allí para ver vistas fuimos a la terraza del Unahotels que está cerca andando. Las vistas no son la leche pero se ve el Vesubio un poco. Igual mejor buscar una terraza desde el puerto.

El sexto día ya recoger y vuelta a casa.

Bajamos al portal que nos venían a buscar los taxistas que cogimos el primer día en el aeropuerto. Aeropuerto, vuelo y llegada a Barcelona.

Una vez en el aeropuerto del Prat, nos vino a buscar el del parking donde teníamos los coches para acercarnos a ellos y volver a nuestro destino. Siempre que volamos desde Barcelona, dejamos el coche en Pim Pam parking.

Para terminar os dejo unos murales que van marcando la ciudad de Nápoles muy chulos.

La Madonna con pistola, de Bansky

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